Candelario, precioso pueblo de la comarca de la Sierra de Béjar.
Bellísimo pueblo serrano con sus calles recorridas por frescos regueros de agua.
Al llegar, la ermita del Cristo del Refugio es la encargada de dar la bienvenida al visitante.
Cuando se llega a Candelario, ante nosotros se abre un gran abanico de posibilidades; podemos disfrutar de los paisajes interiores del pueblo viendo construcciones de varios siglos de antigüedad, que han sido testigos mudos del cambio en la vida rural.
La Cuesta de la Romana
El lugar más típico y fotografiado de Candelario es La Cuesta de la Romana, con la presencia de la casa consistorial y la Iglesia. Recomendamos pasear tranquilamente por sus estrechas calles colgadas literalmente de la falda de la sierra.
Las casas típicas de Candelario: un tesoro arquitectónico
La arquitectura de sus casas con las tejas en las paredes expuestas en mayor medida al viento fuerte, para evitar humedades son un tesoro que atestiguan cómo era la vida en el pueblo.
Cuando nos fijamos en la estructura de las casas podemos apreciar que son construcciones de 3 pisos la mayoría. Como curiosidad os contamos que el último piso se dedicaba a desván donde se curaba al humo de la leña de castaño ya que la estructura de las casas está fuertemente vinculada a la industria chacinera que ha sido el sustento del pueblo durante mucho tiempo; la industria del cerdo ibérico fue tan importante que llegaron a existir más de cien fábricas familiares en los mejores tiempos.
Una visita recomendable es el Museo de la Casa Chacinera, que está situado en una casa del siglo XVIII y que explica a través de paneles informativos los secretos de la arquitectura popular de la zona y cómo era la vida de los antepasados del pueblo, muy vinculada a la industria de la chacina. La ambientación de esta casa es muy completa gracias a los más de 400 objetos donados por los propios habitantes de la villa y que nos trasladan a la vida tradicional de los siglos XIX y XX. Está abierto los sábados por la tarde y los domingos por la mañana.
Las regaderas
Llama mucho la atención las llamadas regaderas, que son canales de agua que cruzan todo el pueblo, cuya agua procede de los manantiales y de la sierra. y que tienen una función mucho más que ornamental: actualmente sirven de riego para las huercas cercanas y, en su momento también cumplían la función de mantener limpias las calles durante la matanza.